El concepto del proyecto nace de la idea de que la imagen de la farmacia transmita confianza y bienestar. A partir de esta premisa se piensa en materiales que transmitan estas sensaciones, ya que nos encontramos en un espacio de salud donde se vende precisamente eso, bienestar.
Por este motivo utilizamos la madera, un material noble que aporta calidez, junto con el color blanco, que siempre es sinónimo de pureza.
A partir de ahí se configura un entorno que no es el de un supermercado de farmacia, sino el de un espacio donde el producto es de calidad.
Para el suelo se escoge un color neutro, mientras que todas las paredes se pintan de blanco.